Aquí siguen las diásporas de AnSelma y LouisA recorriendo la geografía californiana en busca de un lugar donde germinar. Esta vez el viento (también conocido como toyotita) nos llevó al noreste del estado, a un pequeño gran parque nacional.
Al contrario que Redwood, Lassen es menos exuberante en cuanto a vegetación, de hecho el año pasado un incendio controlado se les fue de las manos, pero por otro lado es una paisaje volcánico fuera de lo común. En el viaje de ida tuvimos un arranque de estos nuestros y pasamos de las indicaciones del google maps decidiendo tomar nuestro propio atajo. ¿En qué terminó esto? Pues como es lógico acabamos en un camino de cabras, no sin antes pasar por unos poblados auténticos auténticos con tiendas y casas como las que salían en la doctora Queen. Nos perdimos un poco, pero solo un poco, porque los socavones de la carretera, que no nos dejaban casi ni avanzar, y la sombra fantasmagórica del bosque quemado nos indicaron que probablemente ese no era el camino y dimos media vuelta hasta dar con la carretera correcta.
Llegamos ya de noche al camping, montar la tienda, cenar un poco y al saco. ¡MENUDO FRÍO! Casi nos da un tabardillo. Es que aquí pasa como en Burgos en verano, que del día a la noche puede haber una variación térmica de 30 grados, pero es que una no acaba nunca de acostumbrarse....
A la mañana siguiente lo primero que hicimos como buenas domingueras fue ir a la casa del parque para preguntar a la ranger qué rutas hacer y luego nosotras hacer lo que nos da la gana, como casi siempre. Así que armadas de una gran dosis de entusiasmo, casi tanta como de ignorancia, cogimos el coche hacia la cabecera de la ruta. Existía una opción más corta de la ruta, pero como para eso teníamos que dar una vuelta tremenda con el coche decidimos hacer la versión extendida, unas 13 millas y media, 22 kilómetros. La primera parte del camino fue por el bosque pero una vez bajamos al valle el
paisaje cambió y aparecieron unas praderas de postal. Estuvimos andando unas tres horas hasta llegar a nuestro primer objetivo, la "Devil's kitchen" (la cocina del demonio). Se trata de una zona geotérmica con fumarolas, termas con agua hirviendo y pozas burbujeantes de barro. Como nunca había visto algo así, la verdad es que me quedé muy impresionada.
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Mud pots (pozas de barro) |
Ya que estábamos por allí dedicimos empalmar con otra pequeña ruta para ver el "Boiling Spring Lake", algo así como el lago del manantial de agua hirviendo. Aquí nos llevamos algo de decepción, porque pese a tratarse efectivamente de un lago sulfuroso con alguna burbujilla aquí y allá no estaba tan hirviendo. En alguna foto si que vimos como hay momentos en los que parece una auténtica olla a presión.
Ya llevábamos 5 horitas para arriba y para abajo, y todavía nos quedaba la vuelta. Así que retomamos el camino, esta vez con menos prisa que a la ida. A medio camino tomamos otra decisión de estas deslumbrantes, que fue desviarnos (sólo un poco) para poder así ver también en el viaje de vuelta las Kings Falls, una cascada que nos recomendó una de las pocas personas con las que nos cruzamos en el camino. Decididamente fue una buena decisión porque eran bastante impresionantes. Después de las correspondientes fotos y de tomar un poco de aliento nos dispusimos a hacer ya el último tramo del camino (el nivel de cansacio acumulado aquí era ya significativo). Oh, que pena! La ruta normal estaba cortada y teníamos que coger el desvío que había para los caballos. No era mucho más largo, pero con el reventamiento que teníamos encima cualquier cosa era bastante para desmoralizarnos. Así que finalmente con más pena que gloria llegamos al coche, vámonos al camping que mañana será otro día.
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Red colombine |
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Flores amigas (common california aster) |
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Golden-mantled ground squirrel |
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Fireweed |
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Kings Falls |
Llegamos al camping ya relativamente tarde teniendo en cuenta que lo suyo es hacer el fuego y cenar antes de que oscurezca. Ya íbamos mal. Tuvimos un pequeño altercado con la hoguera que
se resistía a arder decentemente. Pese a todo rechazamos la ayuda de
nuestro gentil vecino, que atento a semejante espectáculo se ofreció a
darnos un poco de gasolina para avivar aquella birria de fuego. Con todo
y con eso muertas de la risa con ese modo Pepe Villuela que llevábamos conseguimos cenar aquella noche.
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Pendiente 45º |
Al
día siguiente nos levantamos nosotras, nuestras agujetas y nuestras
ideas de Antoñita la fantástica. Pues es que sólo nos quedaba ese día en
el parque y teníamos muchas cosas que ver y que hacer. Madrugamos, de
aquella manera, y nos fuimos hacia la primera ruta, lo cual nos llevó
más tiempo del previsto, ya íbamos mal. Pero para mí esta ruta fue lo
mejor del parque sin duda. Y es que nunca antes había visto un volcán...
¡y mucho menos lo había subido! El Cinder Cone es un cono volcánico muy
reciente, por lo que no tiene mucha embergadura y su ascenso es
relativamente fácil. Lo curioso es que se trata de un cono enteramente
de ceniza, así que andar por él era como andar por arena suelta, lo cual
es bastante engorroso.
Si para mi subir al cráter ya fue
toda una experiencia las vistas desde arriba eran... no se me ocurre la
palabra. Se veía el Lassen Peak, que es el volcán más emblemático del
parque, las "Painted Dunes", o dunas pintadas, que son una cadena de
montículos coloreados y también se veían las coladas de lava. El pack
completo.
Ya sólo nos quedaba por ver lo que más cerca habíamos tenido todo el
tiempo, el Manzanita Lake. Y es que nuestro camping está en la orilla de
este lago. Era ya algo tarde, pero no nos podíamos marchar sin ver el
Lassen Peak desde allí, así que desmorrongadas de nuevo para allá que
emprendimos nuestros pasos. Mereció la mucho la pena, las vistas, los
animalillos...
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Venados cuasidomésticos |
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Un castor!!! (creo, nunca antes había visto ninguno) |
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Focha americana |
Fue bastante gracioso cuando llegamos a nuestra parcela, el vecino que nos intentó ayudar con el fuego ya se había ido, pero nos dejó una caja llena de piñas y cortezas, jaja! Se pensaría que nos íbamos a morir de hambre con nuestras fogatillas de chichiná. Oye, pues menuda pira que preparamos aquella noche, hubiese estado orgulloso de nosotras.
Y hasta aquí el viaje a Lassen, concentrado como él solo, jaja. Próxima parada: Big Sur.